Publicado originalmente el 25 de junio de 2019:
Las elecciones son una parte fundamental de nuestra democracia, pero en Estados Unidos—la mejor democracia del mundo— nuestro gobierno trata el derecho al voto como una de las cosas menos importantes que hacemos. Tenemos alrededor de 8,000 jurisdicciones donde hay elecciones y todas operan a su manera. Están sobrecargadas, con pocos recursos y su tecnología es a menudo ridículamente anticuada.
Votar debería ser fácil. Sin embargo, muchos estados hacen que votar sea muy difícil. Todos escuchamos historias de comicios electorales quedándose sin boletas, problemas computacionales que causan retrasos, boletas diseñadas para confundir al votante, y líneas extremadamente largas que previenen que los trabajadores voten. Y encima de todos estos problemas administrativos, oficiales racistas y partidistas a menudo buscan deliberativamente frenar a los ciudadanos de ejercer su derecho a votar. Algunos estados han purgado nombres de las listas de votantes, limitado los días de registración para votar, cerrado comicios en comunidades de color, usado leyes sobre la identificación de votantes para intentar privar de derechos a la comunidad indígena, y hasta han implementado restricciones y sanciones penales a los esfuerzos para registrar a nuevos votantes.
Nuestras elecciones deberían ser tan seguras como Fort Knox. Pero, en cambio, son menos seguras que tu cuenta de Amazon. Los oficiales estatales y locales toman su trabajo en serio, pero frecuentemente no tienen los recursos para asegurar sus elecciones. Aún así, resulta difícil para los oficiales locales defenderse contra ataques de gobiernos exteriores. En las elecciones de 2016, el gobierno Ruso intentó infiltrar los sistemas de al menos 39 estados y al menos una compañía de equipo electoral. Intentaron acceder a las cuentas de correo de más de 100 oficiales de elecciones locales. Pudieron exitosamente ingresar a varias bases de datos de votantes.
La dura realidad es que nuestras elecciones son extremadamente vulnerables a ataques: Cuarenta y dos estados usan bases de datos de registración de votantes que no han sido actualizadas por más de una década. Absurdamente, en el 2018, algunos siguen usando Windows 2000 y Windows XP. Doce estados todavía usan máquinas sin papel, lo que significa que no hay registro material para verificar la cuenta de votos. Algunos estados no requieren auditorías después de las elecciones. Y diez estados no entrenan a sus oficiales de elecciones para lidiar con amenazas a la seguridad cibernética. Este es un peligro a la seguridad nacional, y tres años después de que un poder extranjero hostil atacará nuestra democracia, nosotros hemos hecho muy poco para proveer soluciones.
Necesitamos una enmienda constitucional que garantice el derecho a votar. Pero mientras esperamos a que eso suceda, debemos empezar a actuar ya. El gobierno federal tiene el poder de regular las elecciones federales, asegurar nuestra democracia, y frenar las agresiones racistas hacia votantes.
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Es hora de enfrentar la seguridad electoral, los problemas administrativos y la supresión de votantes.
Bajo nuestra Constitución, el congreso puede regular “Tiempo, Espacio, y Forma” de las elecciones federales. Este poder es tan grande que hasta el juez Scalia creía que esta disposición le daba al Congreso “autoridad para proveer un código completo para las elecciones congresionales.” El Congreso también tiene el poder de aplicar las enmiendas 14° y 15° para prevenir la discriminación en la votación, y el poder monetario de garantizar dinero a los estados que cumplan con los estándares federales. Es momento de poner en uso estos poderes constitucionales para fortalecer nuestra democracia.
Ya basta. Es momento de hacer que la votación de alta calidad, en la mejor democracia del mundo, sea más accesible, conveniente, y profesional. Es momento de proteger nuestras elecciones de toda amenaza, extranjera y doméstica. Es momento de abordar la seguridad electoral, los problemas administrativos, y la represión de los votantes.
Así es como funcionará mi plan:
Las elecciones federales tendrán lo último en maquinaria, boletas, y seguridad federal. En este momento algunas jurisdicciones usan máquinas viejas que son propensas a ataques cibernéticos y no dejan rastro en papel. El diseño de la boleta no es uniforme. No podemos continuar así. El gobierno federal reemplazará cada máquina de votación en el país con el equipo más moderno y se usará una boleta federal uniforme.
Estándares federales para las elecciones federales. Hay 8,000 jurisdicciones electorales manejando elecciones. La falta de recursos, el fraude, y los errores son prevalentes. No podemos continuar así. Tendremos estándares federales para asegurar que todos puedan votar, incluyendo un mandato de registración automática, posibilidad de votar de manera temprana, y la habilidad de votar por correo. Con mi plan no habrá más purgas arbitrarias de votantes. No habrán más problemas de registración. Y no habrá más manipulación de los distritos. También aseguraremos que la jornada electoral sea un día feriado para que las personas puedan ir a los comicios de manera más fácil.
Haremos que las leyes se cumplan y expandiremos el acceso — a través de incentivos donde sea posible, y con la autorización federal donde sea necesario. Mi plan le dará a los estados equipo de votación moderno y protocolos de seguridad para las elecciones, todo pagado por el gobierno federal, y a los estados les será requerido que sigan todos los estándares federales para las elecciones federales. Los estados que elijan cumplir con estos requisitos en sus elecciones pueden hacerlo a través de una colaboración entre el gobierno federal y el estado acordando tener aquellas elecciones totalmente financiadas por el gobierno federal, también. Daremos bonificaciones a quienes logren grandes índices de participación electoral. Y donde políticos racistas o corruptos se nieguen a seguir la ley, el gobierno federal tomará temporalmente la administración de sus elecciones federales para garantizar el derecho fundamental a votar.
La lucha continúa
Asegurando nuestras elecciones
Bajo mi plan, las elecciones federales tendrán máquinas de votación modernas, boletas federales, y seguridad federal. El gobierno federal reemplazará los sistemas inseguros y anticuados con máquinas de boletas de papel marcadas a mano y con posibilidad de verificación. Para prevenir boletas mal perforadas y otros diseños de boletas confusos, necesitaremos boletas federales uniformes alrededor de todo el país que estén basadas en principios de diseño de fácil uso. El gobierno federal proveerá a cada comicio máquinas de boletas accesibles para personas con discapacidades y estudiarán cómo mejorar la seguridad y la accesibilidad para todos, incluyendo personas para quienes el inglés no es su primer idioma.
A través de una nueva Administración Independiente de Seguridad Democrática, que reemplazará a la Comisión de Asistencia Electoral y será atendida por asistentes civiles, el gobierno federal gestionará los aspectos de seguridad cibernética de las elecciones y desarrollará procedimientos adicionales de seguridad para la administración de elecciones y el manejo de boletas de principio a fin. Los estados implementarán estas medidas adicionales de seguridad y recibirán asistencia técnica y entrenamiento de la Administración de Seguridad Democrática. Además, se requerirá que estados lleven auditorías que limiten riesgos previamente vistos para certificar elecciones—y tendremos supervisión independiente de esas auditorías.
Establecer estándares federales obligatorios para las elecciones federales
Nuestras elecciones nunca van a ser seguras, justas, o viables con tantas jurisdicciones generando sus propias reglas—especialmente cuando algunos oficiales manipulan esas reglas para evitar que ciertas personas voten. Bajo mi plan, tendremos un conjunto uniforme de estándares para las elecciones federales que alcanzarán cuatro metas:
No más problemas de registración. Mi plan exigirá registración de votantes de manera automática y que se permita aceptar registraciones el mismo día durante elecciones federales. El estado y las agencias del gobierno federal registrarán automáticamente a los votantes y transferirán esa información a los oficiales estatales de las elecciones. Así, los votantes podrán decidir retirar su registración si así lo desean. También se requerirá que cada estado ofrezca la opción de registrarse el día de la elección, para ayudar a solucionar problemas con personas que no aparecen en la lista de votantes por error.
No más purgas de votantes. Bajo mi plan, los estados tendrán prohibido sacar a votantes de las listas a menos que el votante solicite ser retirado o haya evidencia objetiva de razones legítimas para retirarlo de la lista, como la muerte, cambio de dirección, o pérdida de elegibilidad para votar. También vamos a devolverles el derecho al voto a quienes hayan cumplido su tiempo en prisión.
No más dificultades para votar. Haremos que el día de elecciones sea un día feriado nacional, y todas las elecciones federales darán un mínimo de 15 días para votar de manera temprana, las horas de voto serán expandidas, habrá una opción para votar a través de una declaración jurada en vez de tener que usar una identificación, habrá comicios en ubicaciones convenientes, y la opción de votar por correo. Y aprobaremos la Ley de Mejoras a los Derechos del Votante y la Ley de Derechos para Votantes Indígenas para acabar con prácticas discriminatorias.
No más manipulación de distritos electorales. Bajo mi plan, a los estados les será requerido que usen comisiones de redistribución de distritos independientes para que establezcan distritos congresionales federales para prevenir la manipulación. Ambos partidos deberían competir de manera justa; No deberían tener algún tipo de ventaja diseñada para suprimir la voluntad del pueblo.
Aplicar la ley y expandir el acceso—a través de incentivos donde sea posible, y con autoridad federal donde sea necesario
Nuestra democracia no debería fundarse en la exclusión—debería aspirar a que todos participen. Bajo mi plan, los estados recibirán máquinas modernas y seguridad electoral federal, todo pagado por el gobierno federal. También, serán obligados a cumplir con los estándares federales para las elecciones federales. Pero deberíamos hacer que la votación sea más fácil en todas las elecciones: federales, estatales, y locales. Estoy proponiendo una colaboración entre el gobierno federal y los gobiernos estatales para que los estados tengan un fuerte incentivo financiero para seguir con estas reglas en sus elecciones estatales y locales, para maximizar la participación de votantes.
Así es como funcionará: el gobierno federal pagará la totalidad de los costos de la administración de las elecciones estatales, siempre y cuando los estados satisfagan los estándares federales en las elecciones estatales y locales y trabajen para hacer que la votación sea más conveniente. Los estados crearán planes de implementación estatal, describiendo cómo se adherirán a la ley federal y aumentarán el acceso a la votación (por ejemplo, la localización de los comicios). La Administración de Seguridad Democrática revisará los planes de implementación estatales para corroborar el cumplimiente de la ley federal, los protocolos de seguridad electoral, impactos potencialmente discriminatorios basados en raza y esfuerzos para hacer que la votación sea más conveniente. Los estados que logren una participación alta de votantes, incluyendo a través de grupos raciales, géneros y edades, serán premiados con pagos adicionales. Todos los planes serán finalizados antes del día de elecciones, y los estados proveerán los registros de sus actividades electorales. Si un estado no participa en la colaboración federal-estatal, pero una jurisdicción local dentro de ese estado desea participar, la jurisdicción local puede trabajar con el gobierno federal al crear un plan de implementación local y tendrá acceso a la financiación federal para cubrir los gastos de la administración electoral.
Los estados pueden elegir seguir sus propias reglas para sus elecciones locales y estatales. Pero si lo hacen, no recibirán nuevos fondos para administrar las elecciones estatales fuera de las medidas de seguridad electoral, y aún deberán administrar las elecciones federales en acuerdo con la ley federal. Esto incluye cualquier aprobación previa que pueda tener un impacto discriminatorio bajo la Ley de Avance en los derechos del Votante.
Si los oficiales de las elecciones estatales o locales eligen ignorar estas reglas federales y escogen violarlas, mi plan le dará a la Administración de Seguridad Democrática la autoridad de solicitar una orden judicial para intervenir y garantizar que cada votante tenga acceso a los comicios o hasta que el gobierno estatal muestre intentos de cumplir con la totalidad de la ley federal. El derecho a votar es fundamental, y no dejaremos que políticos racistas y corruptas perjudiquen este derecho, ni menos a nuestra democracia.
Nuestra democracia es demasiado importante como para tener recursos insuficientes e inseguros. Necesitamos hacer todo lo que podamos para asegurar que nuestras elecciones sean convenientes, profesionales, y seguras—y deberíamos estar dispuestos a pagar por ello. Basándose en estimaciones de gastos de la administración de la elección nacional, los recientes esfuerzos de los estados por mejorar sus sistemas electorales, y evaluaciones de los costos por nuevas máquinas y auditorías, para cubrir los costos, debemos destinar cerca de $20 mil millones durante 10 años, lo que incluye cerca de $15 mil millones para la administración electoral y cerca de $5 mil millones en seguridad electoral. Podemos cubrir el costo de este plan al cerrar los vacíos legales que permiten que las familias adineradas evadan el pago del impuesto a la propiedad.
La democracia se sostiene bajo la idea de que quien sea que tenga más votos gana. Se espera que los políticos compitan por cuántos votantes pueden persuadir, no a cuántos pueden descalificar o desmoralizar. Y tenemos la solemne obligación de asegurar nuestras elecciones de aquellos que intentan desvirtuarlas. Es por eso que la Constitución le da al Congreso las herramientas para regular la administración de las elecciones federales. Es tiempo de tomar esas herramientas y usarlas.