La necesidad de ausentarse un tiempo del trabajo para cuidar a un ser querido o lidiar con una condición médica personal es una experiencia que cualquiera de nosotros puede llegar a tener. Pero en este momento, la gran mayoría de los trabajadores estadounidenses no tienen acceso a una ausencia pagada por motivos familiares o médicos, lo que los lleva a una posición difícil de tener que elegir entre brindar atención y mantener un ingreso estable.
El año pasado, solo el 19 por ciento de los trabajadores civiles tenían acceso a una ausencia pagada por motivos familiares a través de su empleador o de un programa estatal, y solo el 40 por ciento tenía seguro de discapacidad a corto plazo para sus condiciones médicas personales. Los trabajadores con salarios bajos tenían aún menos probabilidades de tener acceso. Aunque la ley federal actualmente exige que los empleadores otorguen ausencia no pagada a trabajadores que califiquen, los requisitos de elegibilidad excluyen alrededor del 40 por ciento de los trabajadores del sector privado. Y casi la mitad de los trabajadores elegibles reportan que simplemente no pueden darse el lujo de ausentarse del trabajo sin ser pagados.
La falta de la ausencia pagada abruma a las familias de varias maneras. Resulta en ganancias más bajas para aquellos que deben tomar un permiso no pagado para brindar atención a un ser querido. Priva a los niños y a sus padres del vínculo crucial y el tiempo de recuperación después del parto. Y puede afectar negativamente la capacidad de los trabajadores que cuidan a otros de permanecer en la fuerza laboral y lograr mayores ganancias conforme pasa el tiempo.
El no poder acceder a la ausencia pagada es particularmente perjudicial para las familias de color, que han experimentado un racismo sistemático que los deja con menos dinero para aprovechar su ausencia no pagada y una mayor probabilidad de sufrir de condiciones de salud crónicas. Además, las madres afroamericanas enfrentan desafíos particulares en balancear el cuidado de sus familias y de ellas mismas contra la seguridad económica familiar, ya que es más probable que sean la principal fuente de sustento económico para sus familias.
El hecho de que nuestro país no garantice una ausencia pagada por motivos familiares y médicos perjudica a las familias estadounidenses y a nuestra economía en general. Estados Unidos es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, por sus siglas en inglés) que no requiere la ausencia pagada para los nuevos padres. Proporcionar la ausencia pagada puede aumentar la participación en la fuerza laboral y los ingresos de por vida, especialmente para las mujeres, lo que aumentaría la productividad económica.
La senadora Kirsten Gillibrand ha sido una defensora incansable de la ausencia pagada al nivel nacional. Elizabeth se compromete a adoptar y trabajar con las ideas de la senadora Gillibrand luchando para que todos los trabajadores tengan acceso a la ausencia familiar y médica pagada. Elizabeth luchará por conseguir hasta 12 semanas de ausencia pagada por motivos familiares o médicos en un período de un año para cuidar a un niño recién nacido o recién adoptado; para actuar como cuidador de un cónyuge, hijo, padre, pareja doméstica o miembro de la familia con una condición de salud grave; para lidiar con la propia condición médica grave del trabajador; o para abordar necesidades específicas de cuidado militar.
Los trabajadores recibirían el 66% de su salario, limitado a $4,000 por mes, con un pago mínimo de $580 por mes. A diferencia de nuestro sistema actual de ausencia federal no pagada, que se limita a los negocios con más de 50 empleados, la ausencia pagada por motivos familiares y médicos estaría disponible para cualquier persona que cumpla con los requisitos del historial laboral para el Seguro de Incapacidad del Seguro Social.
La ausencia pagada por motivos familiares y médicos tendría implicaciones enormes para los trabajadores estadounidenses. Según las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales, alrededor de 113 millones de trabajadores estadounidenses que no tienen acceso a la ausencia pagada por motivos familiares podrían obtener acceso, y casi 84 millones de trabajadores podrían tener acceso a cobertura de discapacidad a corto plazo. Los expertos estiman que la falta de la ausencia pagada por motivos familiares y médicos le cuesta a los trabajadores estadounidenses alrededor de $20 mil millones al año. La ausencia pagada por motivos familiares y médicos nacional pondría ese dinero en los bolsillos de los trabajadores estadounidenses y en la economía. Y estudios sobre programas estatales muestran que la ausencia pagada no solo es buena para los trabajadores, también es buena para los negocios: En California, el 87% de los negocios reportaron que no aumentaron los costos como resultado del programa de ausencia pagada del estado y el 9% informó que disminuyeron sus costos.
Elizabeth está pidiendo grandes cambios estructurales que reescribirán las reglas de nuestra economía y la ausencia por motivos médicos y familiares pagada no es una excepción. La ausencia pagada les da a los trabajadores el poder de tomar decisiones que sean adecuadas para sus familias sin temor a consecuencias financieras. Esto brindaría un cambio importante para las familias estadounidenses y sería un gran paso hacia la construcción de una economía que funcione para todos.